
Cada 9 de julio se celebra en Argentina el día de la independencia. Nuestra corresponsal Martina Bonino plantea que "en un país donde la palabra libertad se repite sin pausa en discursos y titulares, vale preguntarse: ¿qué significa ser libres hoy?", y hace un llamado a pensar en las cadenas actuales, en las desigualdades que persisten y en las responsabilidades colectivas.
Cada 9 de julio recordamos nuestra independencia de la monarquía española. El 9 de julio de 1816 las Provincias Unidas del Río de La Plata marcaron el fin de una era pero abrieron las puertas a un sueño que continúa hasta hoy: la construcción de un país.
¿Qué significa ser libres en 2025?
Vivimos con un clima actual repleto de frases referidas a la libertad. ¿Libres de qué? ¿De quiénes?
La libertad no se grita, se construye, se habita, se transita. Y antes de reclamarla, tenemos que tener en claro qué nos la limita.
¿Qué es ser libres?
Desde que empezamos a tener la palabra libertad en cada titular o discurso político, me pregunto, ¿qué es la libertad? Resulta complejo definirla puesto que los filósofos vienen discutiendo las limitaciones de la libertad-por más paradójico que parezca-hace varios siglos.
Rosseau, por ejemplo, decía que “el hombre ha nacido libre, y sin embargo en todas partes se encuentra encadenado”. La pregunta es, ¿cuáles son hoy nuestras cadenas?
¿Es libertad resguardarse al querer opinar por el miedo a los mensajes de odio que podamos recibir? ¿Es libertad trabajar 12 horas y no tener un salario digno? ¿Es libertad que se avalen ciertas violencias? ¿Es libertad poder elegir si las opciones son desiguales?
Para nuestros próceres la libertad no era sólo un eslogan. Manuel Belgrano decía que “sin educación no hay libertad”. Hoy con universidades en crisis, docentes con salarios precarios y altos índices de analfabetización pareciera ser que estamos más lejos de la libertad.
En un nuevo aniversario de la declaración de nuestra independencia, resulta fundamental que pensemos qué es ser libres.
La independencia en 1816 no fue un acto de magia. Fue una decisión colectiva, valiente y conflictiva. Por eso hoy, la libertad no puede ser individualista ni egoísta. Se construye con empatía, responsabilidad y justicia.
Tener libertad no es vivir sin reglas. Es poder elegir con dignidad, expresarse sin miedo, participar sin que te callen, equivocarse y aprender, soñar y decidir quién querés ser.
Este 9 de julio celebremos nuestra libertad e independencia, pero que también nos sirva para pensar qué discursos avalamos y qué cadenas nos atan.